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ARQUITECTURES INACABADES

“Los habitantes de la gran ciudad viven en cajas superpuestas: “Nuestro cuarto pariciense - dice Paul Claudel - , entre sus cuatro paredes, es una especie de lugar geométrico, un agujero que amueblamos con estampas, cachivaches y armarios dentro de un armario.” El número de la calle, la cifra del piso fijan la localización de nuestro “agujero convencional”, pero nuestra morada no tiene espacio en torno de ella ni verticalidad en sí. “Sobre el suelo las casas se fijan con el asfalto para no hundirse en la tierra” La casa no tiene raíces. Cosa inimaginable para un soñador de casas: los rascacielos no tienen sótano. Desde la acera hasta el techo, los cuartos se amontonan y el toldo de un cielo sin horizonte ciñe la ciudad entera. Los edificios no tienen en la ciudad más que una altura exterior. Los ascensores destruyen los heroísmos de la escalera. Ya no tiene ningún mérito vivir cerca del cielo. Y en el sí no es más que una simple horizontalidad. A las diferentes habitaciones de una vivienda metida en un piso le falta uno de los principios fundamentales para distinguir y clasificar los valores de intimidad.

A la ausencia de valores íntimos de verticalidad, hay que añadir la falta de cosmicidad de la casa de las grandes urbes. Allí las casas ya no están dentro de la naturaleza. Las relaciones de la morada y del espacio se vuelven ficticias. Todo es máquina y la vida íntima huye por todas partes.”

Gaston Bachelard. La poética del espacio

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